lunes, 17 de agosto de 2009


INTERVENCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL EN EL ÁMBITO FAMILIAR:


Bienvenidos a trabajo social y familia.
Desde sus inicios el trabajo social estaba visto como una profesión restringida a las visitas domiciliarias, la toma de datos y nada mas. Pero hoy en día los profesionales en trabajo social estamos llamados a prepararnos mas para intervenir de una forma mas profunda a una familia, no solo escuchar sus problemas y necesidades si no ir dando las pautas y abriendo caminos para que la familia con quien trabajamos sea la protagonista de su propio cambio después de interactuar con ellos.El núcleo familiar es de donde podemos partir para buscar posibles soluciones a los diferentes problemas sociales que nos afectan. De ahi la importancia de de estar preparado para ser orientador familiar.


INTRODUCCION A LA MATERIA


Como profesionales, somos participe de un movimiento social imbuido por la búsqueda de una nueva concepción de ciencia y de nuevas teorías sociales cuya finalidad es la construcción de una convivencia más sana.Sabemos que la familia de hoy, es una familia cambiante, diferente, colmada de responsabilidad social y de añoranzas por hacer lo mejor. Esto nos exige conocer bien esta realidad. Para descubrir acciones concretas con la familia con la que se interactúa.Utilizando también elementos que integran una postura facilitadora de encuentros con ésta, que permiten co-crear sentidos conducentes a comprender que puede cambiar lo que la perturba.Para la intervención profesional con la familia de hoy, se requiere en nosotros un pensamiento complejo que de cabida a la auto-observación y a la autocrítica y que nos permita considerar las crisis con la que muchas veces nos encontramos, no como desorden y caos, sino como momentos de búsqueda de opciones nuevas y más constructivas, teniendo siempre en cuenta que cada persona es protagonista de su propio cambio.

CONTENIDO DE LA MATERIA

UNIDAD I

1.1.-Concepto de familia
.
1.2.-Diagnostico familiar

UNIDAD II

2.1.-La familia y su rol en la sociedad

2.2.-Problemas frecuentes en la familia

UNIDAD III

3.1.-Rol del trabajador social en el ámbito familiar.




CONCLUSION



UNIDAD I




1.1-Concepto de Familia:




Según Ángela Maria Quinteros Velásquez la familia es la matriz de la identidad, el desarrollo psicosocial de sus miembros, en este sentido debe acomodarse a la sociedad y garantizar la continuidad de la cultura a la que responde .El sentido de identidad de la persona esta determinado por el sentido de pertenencia a una familia particular, donde asume pautas transaccionales que perviven a lo largo de la evolución individual.En otro contexto socio dinámico podemos entender la familia como el grupo primario por excelencia diferenciándose de lo demás grupos por su evolución Bio-social en una cultura particular y por su división en dos generaciones y en dos sexos. Como tal pasa de una díada parental a tríada o grupo más amplios con los que reorganiza su dinámica tanto a nivel interno como externo.La familia es el grupo en el que la persona crece, determina su relación a si mismo y hacia otras personas, formando su auto imagen y estableciendo las posibilidades y limitaciones de sus relación interpersonal. Como la institución de su socialización primaria y como el área de importantes lazos emocionales la familia ocupa un espacio especial en los subsistemas de una sociedad, sin olvidar las relaciones y estructuras socioculturales que la rodean.




1.2-Diagnostico familiar:




En nuestro trabajo con la familia, día a día, estamos ante la necesidad de saber distinguir a quién le preguntamos, qué preguntamos y cuál es el sentido que se va construyendo en la cadena de preguntas y respuestas. No se trata de preguntar para satisfacer una curiosidad o para llenar un formato estandarizado que requiere la institución, sino de crear en el diálogo consensos para incorporar nuevos contenidos respecto a lo que cada uno espera de los otros en el contexto íntimo de la familia.Vista así, ésta es una práctica renovadora en nuestra labor en cualquier marco institucional en el que estemos. Se trata no de prejuzgar la naturaleza del problema que aqueja a una familia sino llegar con ella a la redefinición de los problemas.Cuando una familia tiene dificultades que la llevan a considerar la posibilidad de participar en un proceso de asesoría profesional, conviene que los Trabajadores Sociales tengamos en cuenta y observemos de qué manera cada integrante influye en los demás, en sus transacciones recíprocas, creando pautas que fortalezcan o limiten la visión que cada cual tiene de sí mismo y de los otros.El problema de una familia es una co-construcción que han hecho sus miembros de un significado que no les gratifica y que los tensiona. Es necesario concebir la familia como un contexto interpersonal en el que cada uno desarrolla la idea de sí mismo, del mundo y se traza unas expectativas respecto a los otros.Así, damos cabida e importancia a las descripciones múltiples y a los significados diversos de la familia evitando encasillarla en un diagnóstico que siempre va enfocado a poner el énfasis en el déficit familiar. Debemos partir ante todo de reconocer las expectativas de mejoría y cambio que trae la familia. No somos los profesionales quienes las trazamos desde nuestra perspectiva valorativa y emocional, ni quienes determinamos quién, qué y por qué cambiar a la luz de un mapa teórico. Es en la experiencia compartida con la familia donde surgen sus propias iniciativas de cambio.
UNIDAD II


2.1.-La Familia y su rol en la sociedad:


Es inevitable que nuestras propias dimensiones personales, es decir, las actitudes, creencias, valores, estilo interpersonal y relatos personales, estén presentes en la dinámica de la relación que establecemos con las familias. Por esto, la intervención instructiva que hagamos nos pondrá ante el inminente riesgo de responder mas a nuestros perfiles individuales que a los requerimientos específicos de ellas.Preguntar, observar y escuchar, nos permite ser más coherentes en lo que pensamos de la familia como sistema auto-organizado, a diferencia de la postura basada en indicaciones sobre qué hacer, como si se tratara de un grupo determinado por instrucciones provenientes del exterior.


2.2.-Problemas frecuentes en la familia:


Visto así, el trabajo con la familia se orienta a que sus integrantes comprendan cómo las acciones u omisiones de cada uno y la conexión de todas sus conductas, refuerzan el problema y cómo modificarlasAdemás, cualquier problema en el que se pueda identificar la familia como actuante, debe verse desde una perspectiva más amplia que vincule a todos sus miembros y en muchos casos, a la familia con otras estructuras organizativas sociales que tienen la función de apoyarla en el cumplimiento de sus funciones y en la satisfacción de sus necesidades.Problemáticas agudas como la delincuencia, la drogadicción y la violencia surgen a partir de las debilidades en el tejido Inter conectivo entre la calidad de la familia y su acceso a servicios de gratificación apoyo a sus requerimientos como grupo e individuales de sus miembros. Por esto, algunas veces el trabajo con las familias amerita intervenciones conjuntas de una red de instituciones, servicios y programas que permitan un abordaje más integral.La visión de profundidad implica que establezcamos, cómo se ligan las instancias individuales, familiares y sociales, puesto que todas son interdependientes y en alguna medida están presentes en la problemática particular de una familia.El reto que tenemos es el de establecer con cada familia una relación cooperativa evitando las posturas verticales de otros roles asistenciales basados en concepciones positivistas – lineales

UNIDAD III


3.-Rol del trabajador social en el ámbito familiar


Enmarcados en esta concepción, queda claro que los Trabajadores Sociales no somos ni actuamos como portadores de verdades absolutas. Somos ante todo, seres dialogantes en interlocución con las familias para construir junto con ellas explicaciones y significados nuevos para lo que les ocurre y para inventar nuevas maneras de organizar sus relaciones y sus vidas. No se trata de cambiar toda su idiosincrasia, su historia e ideología familiar, sino aquellos aspectos de su dinámica que las están tensionando y generando dificultades que de no ser atendidas, se podrán ahondar cada vez hasta niveles más preocupantes.El saber y la experiencia del trabajador social es un elemento positivo para el trabajo con la familia. Su participación en el proceso de resolución de los conflictos es posible si asume una actitud de colaborador y testigo, a la vez que es capaz de enriquecer las visiones, las explicaciones que trae la familia, las cuales ésta denota como inmodificables y estáticas. Además del saber, la familia necesita encontrar en el profesional: calidez, atención, comprensión, aliento y capacidad persuasiva.La tarea del profesional, al trabajar con familias, es vincularse en una conversación en la que él deja de ser directivo, jerárquico y experto. El cambio no es a priori, determinado por un especialista, ni fruto de la mera intuición de las familias que consultan; el cambio es una invención novedosa que surge cuando éstas y el profesional re-inventan en cada entrevista las experiencias, para hacerlas mas gratas. Nuestras acciones en cada entrevista deben dirigirse a crear y sostener diálogos que permitan el fluir constante de estas nuevas experiencias. Para esto nos corresponde ir conectando los datos que la familia presenta como si fueran aleatorios. Es en este punto es donde se ve realmente la habilidad y se pone en juego la experiencia del profesional.Hemos sido bastante propensos, tal vez en respuesta a los requerimientos sociales frente a nuestro que hacer, a establecer vínculos con las familias que fomentan la perpetuación de una relación complementaria en la que el trabajador social es definido como dador de soluciones y las familias como desvalidas y poco preparadas para resolver sus problemas y, por ende, deben recibir lo que les ofrezcamos. Las tendencias modernas en este sentido, nos convocan a reencuadrar esta relación partiendo de que la familia tiene sus propios recursos y cierta idoneidad a partir de sus experiencias vividas. Se trata, ante todo, de permitir que cada familia participe activamente y asuma el control de su proceso, logrando que se vea a sí misma mas allá de sus problemas y no circunscrita por ellos.A través del proceso de ayuda a una familia, el trabajador social debe compartir con ésta la manera de identificar las situaciones que le generan malestar y abrir nuevas perspectivas de acción que le permitan modificar, no solo los significados negativos de éstos, sino también sus relaciones internas. Como no siempre es posible que las familias cambien las realidades que las perturban, tal vez nuestra principal acción profesional consista en ayudarles a cambiar sus significados y aspiraciones para que se acomoden a sus realidades.Es cierto que en la relación profesional con las familias, nos corresponde transferirle a ellas la cordura, aplicando nuestro saber y nuestras concepciones de realidad, compartiendo con ellas nuevas maneras de pensar, sentir y actuar sobre el problema. Esto supone una actitud optimista de nuestra parte ya que si nos ponemos trágicos será imposible movernos del esquema en el que se considera a cada familia que sufre, como víctima desvalida. De cada crisis, la familia puede sacar oportunidades y no solo quedarse atónita ante el peligro.Lo que en el fondo le aportamos a las familias, no es un saber absoluto e incuestionable que por demás no existe, sino la capacidad que tengamos para escucharlas, respetarlas, comprenderlas y ayudarlas a comprender, de diferentes maneras, lo que les ocurre. En estos términos, nuestro papel será estimular en la familia lo que ya tiene que no saben que tienen, en lugar de indicarles directamente que hagan lo que tienen que hacer. Cada familia sabe mejor lo que tiene que hacer, el asunto es que podamos ayudarlos a hacerlo de manera más fácil.

CONCLUSION A LA INTERVENCION DEL TRABAJO SOCIAL CON FAMILIA


Necesitamos mucha habilidad para generar estrategias de trabajo interdisciplinario que involucren a todos los integrantes del sistema familiar y social y así potencializar la estabilidad y el cambio de la familia que, como institución, sigue su curso en la historia.Cada profesional, al establecer relación con una familia, inicia con ella un recorrido para descubrir posibilidades que tengan sentido para ella y que la asuman como ente activo, capaz de procesar la información que le llega, para derivar de ésta, alternativas de solución a sus dificultades.En la medida en que relativicemos nuestras nociones y posiciones, generamos la posibilidad de construir reglas más apropiadas para el encuentro con la familia que no estén basadas en la noción de patología, sino que tengan como norte la noción de transformación, es decir, la resignificación de las historias familiares que han sido definidas como problemáticas por ellas mismas.Retomando a Romero, puede decirse que “La idea de la incertidumbre y la complejidad de la que somos parte... demanda la conciencia que como profesionales en ciencias sociales, debemos trabajar con el desorden y la incertidumbre, lo que implica desarrollar un pensamiento creador y complejo, ...para comprender los procesos sociales que se generan en tales circunstancias